(parte uno de cinco)
Muchos identifican a Billy Drago por su papel de Frank Nitti, el malvado asesino de traje blanco de Los Intocables de Brian De Palma. También se lo ha visto en numerosas películas clase B, donde suele interpretar malvados asesinos de traje blanco. Pero Billy es más que eso, mucho más. Esta nota resume el libro de 990 páginas del periodista y kinesiólogo Harold G. Panzotti titulado El Hombre que sería Nitti.
Billy Drago mirando con desdén a David Mamet, guionista de The Untouchables.
Billy es el hijo no reconocido de un sacerdote. Pasa toda su infancia en un monasterio donde aprende teología, jardinería, magia blanca y Tae Bo.
Una tarde cualquiera, el productor especializado en filmes de bajísimo presupuesto Roger Corman pasa por ahí y alquila unos cuantos niños para una escena en un parque de diversiones para la película Barbarian Queen VIII: The Final Cut. Todos los chicos tienen sus respectivos nombres para salir en los créditos, menos uno, así que lo bautiza como Billy (en honor al perro salchicha de Corman) Drago (la marca de unas zapatillas de baja calidad que el hermano de Roger distribuye en sudamérica).
El pequeño Drago se maravilla con el mundillo del celuloide berreta y se esconde entre las cámaras y los reflectores. Permanece en el set diecisiete años, subsistiendo a base de los requechos del catering. En aquellos años es microfonista, doble de codo y rodilla izquierdos y extra. Actúa en diversas producciones como ladrón #1, asaltante #3, hombre que lee el diario, hombre que mira al sudeste, hombre que da la hora, hombre al que le dan la hora, hombre y ladrón #5 (papel que repitió cuatro veces más). Gana mucho dinero; lo gasta en prostitutas, alcohol, yogur descremado, noches de casino y tabaco.
Para su fortuna, encuentra una mujer que lo aleja de aquellos vicios, la madama Joan Jett. Por recurrentes insistencias de Jett, Billy entra a una granja de rehabilitación donde nace la gran pasión de su vida: la pintura.
¿Cómo definir su destreza pictórica? El crítico de arte Pauline Blond dijo en su revista Art Attack: "El suave colorido de su pintura, es manifestada por una paleta de colores puros aplicados de forma aparentemente abritraria. Sus temas tradicionales, (la noche, la decadencia, los osos koala) reciben un tratamiento antinaturalista que aproxima su obra a la de los expresionistas alemanes". No tan condescendiente, el erudito de la pintura oriundo de Jujuy Emilio Rebenga de la revista Arte Facto dijo: "El principal problema de Drago es su incapacidad para distinguir entre la armonía y el desequilibrio, el rojo y el verde, lo lindo y lo feo".
El público medio, que entre otras cosas se caracteriza por no leer revistas de arte, consume masivamente los cuadros de Billy Drago. Las celebridades se vuelven locas por tener un Drago original en alguna parte de su casa. El cantante Demis Roussos llega a pagar 100.000 dólares por la obra Blanco sobre Blanco para decorar su baño. La cuenta bancaria de Drago se infla como ex drogadicto. Es hora de cambiar a Joan por una mujer más joven y atractiva.
En 1986, un distendido Billy Drago es llamado por primera vez en su vida a participar de una película mainstream. Consigue el rol de Frank Nitti. Billy se aísla en su casa de Orlando para estudiar la vida del popular malhechor, sus gestos, los perfumes que usaba y qué parte de la anatomía femenina prefería. Su decepción es trágica cuando descubre que en la película sólo aparece unos quince minutos. Encabronado, realiza su serie de 83 pinturas cubistas en honor a Frank Nitti, que nunca logra exponer por apología al crimen.
Ya en el set de filmación, un deprimido Drago se codea con nombres de la talla de Robert de Niro, Sean Connery, Kevin Costner, Andy García y Nacho Valdéz (un histórico barredor de sets mexicano).
(continuará...)
Blanco sobre Blanco, óleo de 66 x 53 cm. Billy Drago (1979).
El Vaso Ruso #3, mayo de 2007.
Ufff, Nacho Valdéz!! cómo me pasaba el lampazo!!! (de mi residencia digo, claro) cof coooooooooooooooof
ResponderEliminarQueremos más Drago!
ResponderEliminarY yo quiero que Mike Oldfield toque en el Orfeo.
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