sábado, 18 de diciembre de 2010

Vender, Cobrar, Ganar


Eat Pray Love
(2010) Estados Unidos. Dirigida por Ryan Murphy






Lo que faltaba. El cine de autoayuda. Si hay algo más vil que convertir en un best-seller un retazo de tu vida con la excusa de querer "compartirlo" y que el mundo aprenda algo de él, es que también sea llevado al cine. De esta manera la gente que no lee novelas también accede a tu epifanía celestial. No tengo nada contra el cine comercial, lo que es vomitivo es que gente que quiera pagarle de una vez por todas los implantes mamarios a sus esposas (o directamente cambiarlas por otras más jóvenes y esbeltas) exporten valores humanistas o espirituales.

Para asegurarse de que esta basura sea vista por millones contaron con la presencia de Julia Roberts, una actriz que siempre hace estallar the box office a pesar de que su repertorio expresivo se reduzca a: sonreir, sonreir más, sonreir mostrando los dientes, sonreir inclinando un poco la cabeza y quizás llorar. Creo que la única vez que me cayó bien fue cuando hizo de Campanita, pero no quiero exagerar. En la versión latina del póster vemos a la "bella" Julia junto a Javier Bardem, que sólo ocupa un cuarto del metraje pero, ¡joder!, es un actor todoterreno que puede hacer de latin lover, escritor gay, tetrapléjico, psicópata y psicópata latin lover. Pongámoslo.

Comer, Rezar, Amar cuenta la historia de Liz Gilbert, una escritorsucha que no se siente a gusto con su matrimonio y decide ponerle fin, algo que sabía de antemano porque se lo había pronosticado un chamán indonesio que también adivina en su inglés tarzanesco el resto de la película a pocos minutos de su comienzo. Hambrienta de carne fresca, Liz comienza a salir con un joven actorzuelo que la convierte al budismo (¿qué hubiese pasado si el muchacho era trekkie o miembro del Ku Klux Klan?). El pendejo es copado pero Liz sigue sintiéndose vacía y culpable por haber hecho trizas el corazón de su ex. Resolución: un año entero sin coger.

Y aquí Comer, Rezar, Amar nos revela su dinámica videojueguística. Liz pasa una temporada en Italia, donde descubre el placer de la comida a los treinta y pico de años. Nunca es tarde. Ya con la panza llena se va a la India a meditar. Rodeada de moscas y miseria emprende su entrenamiento jedi: debe perdonarse a sí misma. ¿Era necesario instalarse unos meses en la India para perdonarse a sí misma? Para Liz, sí. Además, la American Express Platinum cubre todo. Limpia de pecados, se va a Indonesia donde se reencuentra con su adorable y desdentado chamán. Allí también conoce a Bardem en un choque estúpido y vuelve a coger.


Fin.


La película, producida por Brad Pitt (¿de toda la parva de guiones que hay en el mundo tenía que producir esta mierda?) es una suma de momentos olvidables. Insegura de sí misma, pone letreros de neón con las leyendas "RISAS" o "NUDO EN LA GARGANTA" según corresponda. El director Ryan Murphy, culpable de la serie Glee, parece estar dirigiendo publicidades de vinos, espaguetis, "visite Italia", "visite India", "visite Indonesia", "Pase un año sin coger".


Si existe una porción inifinetesimal de justicia en este mundo, no volverá a filmar nunca más.




A falta de Yoda buenos son los alcohólicos violentos redimidos.

La autora Elizabeth Gilbert agradeciendo a los lectores la compra de su segundo Rolls-Royce.





El Siestero de Rafaela, 18 de diciembre de 2010.




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