miércoles, 28 de septiembre de 2011

Fortunato De la Abadía de Carfax, una leyenda de tránsito lento













por Ricardo Bauleo


Hoy se cumplen 117 años del nacimiento de Fortunato De la Abadía de Carfax, y aunque la cifra no sea muy redonda es una excusa más que válida para recordarlo. Las pocas personas vivas que lo conocieron se negaron a dar su testimonio, afirmando que pasaron casi toda su vida tratando de olvidar los momentos vividos con Fortunato y quizás también que haya existido. Por suerte, en la Biblioteca Popular Ringo Bonavena pude sustraer un oscuro volumen que descansaba entre el Necronomicón y un compilado de la revista Rumbos cuyo título rezaba La Vida y Obra de Fortunato De la Abadía de Carfax. Su autor, Agapito Vendaval aclara en el prólogo: "Dejé de lado el rigor histórico para concentrarme en las habladurías de las viejas de "La Residencia de los Dioses", famosa villa de emergencia en la que Fortunato hizo sus primeras armas".


Según Vendaval, Fortunato De la Abadía nace en el seno de una familia pudiente de Justo Daract, San Luis. Su padre, un gigoló que amasa una fortuna incalculable atendiendo a la aristocracia cuyana en su juventud, insta a Fortunato a estudiar alguna carrera garca como derecho o decoración de interiores. Fortunato se convierte en un eximio decorador de interiores. Pero
sabe muy bien que su oficio es solamente un puente para llegar donde realmente le interesa: el poder político. Acatando el ominoso manual Trepar para Dummies se casa con la señorita Luisa De Carfax cuya familia triplica la fortuna de los De la Abadía, ademas de sumar un apellido. En menos de lo que canta un gallo y un cerdo patea, Fortunato consigue la candidatura para la Intendencia de Justo Daract. Entonces se enfrenta con un problema que lo persigue desde la infancia: el Mal de Vollenweider (los que lo padecen sienten una aversión insana a que le tomen una fotografía, incluso pueden tornarse violentos con la sola mención de la palabra "foto") . La campaña política requiere de su imagen pero Fortunato se niega rotundamente a ser retratado, es por ello que es su hermano, Aaron De la Abadía, quien aparece en todas las propagandas y ruedas de prensa. Los sublimes bucles de Aaron no tardan en generar la adhesión popular, Fortunato se convierte en el intendente más joven que la ciudad haya tenido.
Una vez en el poder, De la Abadía de Carfax se tiene que enfrentar a numerosos reclamos de los vecinos. ¿El mayor problema? Una superpoblación de perros callejeros. Fortunato sabe que esta es su oportunidad de dejar un huella en la historia. Armado de una Colt que había pertenecido a Butch Cassidy, Fortunato se interna en "La Residencia de los Dioses", fuente de la peste can. Cuenta Arturo Viganó, un peligroso traficante de Actrón de la zona: "Sin que el pulso le temblase, Don Fortunato bajó dieciocho perros roñosos de seis disparos. No me pidan que lo explique, no fui a la escuela primaria. Ese mismo día dejé de creer en Jesucristo". La obsesión de De la Abadía de Carfax con el exterminio canino había llegado a tal punto que no duda en entrar en la casa de los vecinos y eliminar cualquier cosa que tenga cuatro patas.

Gloria Swanson. Se cree que fue amante de De la Abadía de Carfax, muchos historiadores afirman que Fortunato no podía pronunciar el apellido de la actriz.


De la Abadía de Carfax haciendo la sobremesa con su cuarta esposa. El autor de esta fotografía fue encontrado tirado en la calle con un disparo en la frente tres días más tarde.


Luego de exitosos veinte años de gestión municipal en la que no queda ningún perro vivo, preside durante catorce años la Fundación para el Bisexual Celíaco con Atención Dispersa. Tal desempeño lo hace merecedor del Grammy al mejor director de alguna fundación para el bisexual celíaco con atención dispersa. Pero la polémica siempre tiñe todos los acontecimientos que revolotean cerca de Fortunato. Libertad Lamarque, una interna de la fundación, declara en su autobiografía: "Más de una vez nos comíamos un manoseo por parte del director, también comíamos cosas con harina. Un inmundo...".



Continuará...

2 comentarios:

  1. En realidad existe una fotografía de 1920 que nos tomaron juntos, en Saldán, bañándonos en aguas pecaminosas, chapoteando con un perro, pegándole al perro, pero nunca dimos con ella. El autor de la foto apareció mágicamente colgado de los rulos de Silvina Garré, ese fue su castigo.

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  2. necesito contactar con la fundacion para el bisexual disperso con atencion celiaca. Agradezco de antemano.

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