martes, 23 de noviembre de 2010

Vicente Lewis, el poeta maldito

Hogar de Vicente Lewis. 12 p.m. Hora de la inyección de morfina.



Señor Lewis, su reputación lo precede. Se le ha otrogado a usted el para nada despreciable título de poeta maldito ¿Qué se siente ostentar semejante denominación?

Se siente... como una gota de Jack Daniels en la axila derecha... Es justo que me llamen así, mi obra y mi biografía son "malditas", están cubiertas de una sombra densa... Nací condenado, loco.





Vicente Lewis, con la mente en blanco.

Descríbame en pocas palabras sólo las cosas buenas que le vengan a su mente acerca de su madre.

¿Mi madre?

Sí.

Le hablaré sobre mi madre... Ella me leía cuentos de Perrault y Andersen todas las noches y ponía un osito a mi lado, pero no era cualquier osito, era un osito maldito.




Vicente Lewis, leyendo su poesía en los Jueves Funestos




Hábleme de su infancia.

Bueno, crecí en los Alpes Suizos... relojes, sopa y chocolates nunca me faltaron. Mis viejos tenían sangre azul ¿Viste? Eran re importantes porque... ah sí... tenían un montón de propiedades en Ginebra... Un montón de guita... Yo iba de acá para allá con un trineo, me había encariñado tanto con él que hasta le puse nombre y todo ¿Viste? le decía Rosebud... sonaba medio andrógino y eso me gustaba. Fueron los días más felices de mi vida hasta que ellos se cagaron muriendo en la famosa avalancha del '63. Un desastre. Lo positivo fue que heredé una tonelada de dinero, la condición para obtenerlo era venir a Córdoba para hacerles companía a unas tías solteronas.

¿Su adolescencia fue tan lóbrega como sus años tiernos?


Sí, una bosta. Estar a la intemperie de la nieve y mi mala posición al montar el trineo en Suiza me dejaron como saldo una escoliosis espatonsa. A eso sumale que de chico no me gustaba la leche... tenía los huesos de una vieja de 83 años ¿Viste? Y bueno, para evadirme de toda esa mierda me refugié en la literatura y en las drogas. Sobre todo en las drogas. No le hacía asco a nada, una vez mi tía Amalia me encontró untando una tostada con Cif... Pero por suerte estaban los brolis que me salvaban la vida... Bodeler, Pou, Morrison, Bucosqui, toda esa onda me re iba y me daban ganas de ponerme a escribir ¿Viste?
 

Vicente Lewis mostrándole a una groupie de turno cómo compone sus versos





Recuérdeme su primera publicación.


Bien... tenía la loca idea de sacar un libro llamado I just called to say hija de puta. Eran relatos, poesía y fotos... estaba impreso en formato triangular, con portada de alabastro, señaladores de terciopelo y páginas de cuerina mate. Saqué unos 1.000 ejemplares... No me quedó un sope. Dilapidé toda mi fortuna familiar en un libro inclasificable. Soy re loco ¿Viste? Y bueno, así somos los artistas de verdad, no nos importa un carajo la plata... Más adelante me las vi negras cuanto tuve que empezar a fiar la cocaína... para colmo se re aprovechaban que yo inhalaba cualquier cosa que fuese blanca y estuviese en polvo y me encajaban cualquiera... Uh, después tuve que pedirle plata a mis amigos, huir de los dealers... soy re maldito...








Vicente Lewis explicándole a su tía Amalia qué hizo con toda la mosca

 



Sin Embargo, Señor Lewis, no todo es desdicha en su vida. ¿Con cuántas mujeres se acostó por su fama de poeta? 

No llevo la cuenta. No, mentira, la llevo. Me acosté con 1.011 mujeres y algún que otro tipo afeminado. Eran verdaderas cosechas literarias... libro que sacaba, centenares de mujeres que me agarraba... Cuando me quedé en pelotas mis amigos me hicieron la gamba y pude seguir publicando... Saqué La psique de Van Damme con la que pude acceder, entre otras cosas, a unas bragas quinceañeras... El Hedor de Pablo Rago con el que perdí mi virginidad anal... Las muelas de Alica Bruzo con el que llegué a las 500 minas volteadas... Pero eso no tiene importancia, nada llega a aliviar este sin sentido que es mi existencia, viejo. Estoy acabado. Necesito un montón de pastillas para seguir vivo, me tienen que bañar, mi tía Amalia me paga el alquiler en este sucucho... 

¿Sucucho? ¡Este lugar parece el castillo del Drácula de Coppola! 

Sí. Pero no tengo Direct TV, man. Yo soy muy fifí... ¿Se puede vivir así? ¿Eh? ¿Se puede?












El Siestero de Rafaela. 24 de Junio de 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario