miércoles, 3 de noviembre de 2010

Perfiles

Elisa Scarchilli, un ángel con las alas rotas



El año: 1982. El lugar: Rafaela, Santa Fe. El contexto histórico: las tropas del teniente general Leopoldo Fortunato Galtieri ocupan las islas Malvinas mientras en Estados Unidos se estrena Blade Runner y en Suecia Fanny y Alexander. El suceso: El empresario lácteo Luciano Scarchilli se aparea con la por entonces ignota Mercedes Morán y se gesta en su vientre Elisa Scarchilli.



La pequeña Elisa, o Leli, como la llaman en el jardín de infantes, se aburre en el arenero, odia las figuras geométricas de madera pintadas con colores primarios y encuentra poco interesante el sabor del mate cocido. Prefiere el cine de Tarkovsky y la danza butoh. Desecha a Pipo Pescador y opta por Tangerine Dream. Sus compañeritos les piden a sus papás libritos de cuentos de Sigmar. Ella les pide algún compilado de las obras de Escher, si puede ser en tapa dura.



En la primaria, decenas de doceañeros se sienten atraídos por una diminuta Scarchilli de seis años. La perturbadora belleza que la acompaña toda su vida brota junto a un ego directamente proporcional. A los siete años su tío le hace escuchar The Beatles. Elisa piensa que es fácil decir “Todo lo que necesitas es amor” cuando se tiene una cuenta bancaria como la de Paul McCartney. A los 8 añitos se niega a sentarse al lado de un compañero que gustaba de ella por considerarlo vulgar, mal aseado, genéticamente imperfecto y espiritualmente vacío. Es el primer rechazo de miles. Nueves años después, en la fiesta de egresados Elisa se presenta con un vestido de Jean-Paul Gaultier que deja su gloriosa espalda al descubierto. Provoca tal excitación entre la muchedumbre que es violada en el baño por su profesora de educación física.


Pero no sólo la sensualidad y la erudición eran rasgos inherentes a Scarchilli, la solidaridad ocupaba un lugar importantísimo en su lista de prioridades. "Gran parte del curso no podía financiar el viaje de egresados a Bariloche. Entonces Elisa rompió sus cuatro alcancías (una serie de esculturas en porcelana que representa a los tres cerditos huyendo del famélico lobo) y todos partimos a la provincia de Río Negro con sus ahorros" recuerda Rubén Barroso, un compañero de la secundaria rechazado un total de 14 veces por la joven Leli. Aburrida del esquí que ya había probado hasta el hastío en Suiza, se encierra en la habitación del hotel California con su notebook a escribir un guión cinematográfico. Lo titula Una inesperada y malintencionada visita al campo de cipreses del señor Monterrey y sus trágicas consecuencias. Elisa le vende el guión a Alejandro Agresti que lo filma y retitula como Buenos Aires Viceversa.


Siempre en búsqueda de nuevas experiencias, Scarchilli se alista al partido New Age. No es inusual encontrarla hablando por teléfono en gaélico con Enya o discutiendo sobre temas como el aborto y la legalización del crack en un pulido francés con Jean Michel Jarre. Entre las clases de equitación y ballesta, una curiosa Scarchilli fabrica en el taller de su padre una Kalimba con una batata seca que encuentra en el patio. Con sólo 19 años, Elisa le prueba al mundo que es la mejor kalimbista viva. Su cabello negro azulado y su sonrisa altiva son la carta de presentación de diez magníficos y precisos dedos que conquistan a la crítica especializada, que no tarda en coronarla como la Jane Austen de la Kalimba. Julia firma contratos millonarios con Sony Classical, RCA, EMI y Deustche Grammophon. Scarchilli también es fotografiada por varias revistas de interés general y eróticas (a veces sin su pequeño instrumento). Su popularidad es tan pegadiza que presenta la fragancia Kalymbuss con Christian Dior. Cuando esta doncella primaveral no está perfeccionándose hasta niveles patológicos con la Kalimba, se aboca de lleno al aeróbic, a los pilates y a la danza árabe. En cuanto a su vida social, muchos aseguran haberla visto de la mano de Lito Cruz (el que hacía del diablo en El Garante).


Muere el 27 de abril de 2008 a los 25 años por abrir la heladera descalza.



El Siestero de Rafaela, 1 de Mayo de 2008



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